Desde 1970 a 1987 Andy Warhol tomó decenas de fotografías en blanco y negro y polaroid, la gran mayoría de las cuales nunca han salido al público. Estas imágenes servían por lo regular como base para sus retratos de encargo, serigrafía, dibujos e impresiones. En 2007, para conmemorar su vigésimo aniversario, la Fundación Warhol lanzó el Programa del Legado Fotográfico de Andy Warhol. Con el propósito de ofrecer un mayor acceso al público en general de las fotografías de Warhol, el programa donó alrededor de 28,500 fotografías polaroid e impresiones de gelatina plateada originales de Warhol, a más de 180 universidades, museos de universidades y galerías, en todo el país. Obsequiar un número tan extraordinario de fotografías, no solo sacó a la luz una producción fotográfica increíblemente prolífica de Warhol, también trajo consigo nuevos conocimientos sobre su proceso de trabajo y su uso del medio fotográfico.
Después de un año revisando y seleccionando las fotografías que serían donadas a través del Programa, se determinó que, a las instituciones participantes se les proporcionaría un grupo de imágenes que reflejaran tanto la gran cantidad y notable variedad de figuras como los temas que Warhol capturó con su cámara. Cada institución recibió una selección curada de hasta 100 fotografías polaroid y 50 impresiones en blanco y negro. En las páginas a continuación se presenta un ejemplo de dicha selección. Mientras que el retrato en polaroid revela el compromiso franco y profundo que sentía Warhol con la personalidad frente a su lente, las impresiones en gelatina plateada resaltan su extraordinaria destreza en la composición, su visión por el detalle y su deseo compulsivo por documentar el mundo que lo rodeaba. En conjunto, estas fotografías valoran la dimensión de los intereses estéticos de Warhol y ponen de manifiesto el alcance de su ojo curioso y de gran itinerancia.
No he conocido a alguien a quien no pueda llamarle “belleza”. –Andy Warhol.
Las fotografías polaroid de Warhol han sido presentadas extensamente en exposiciones y publicaciones como magníficas imágenes retratando un despliegue flameante de celebridades—los modelos, actores, artistas, magnates de negocios, héroes de los deportes y socialités que habitaban su mundo. Sin embargo, al revisar las fotografías seleccionadas para el Programa, se hace evidente que las celebridades no eran las únicas figuras que Warhol fotografiaba con su cámara Polaroid Big Shot, la peculiar cámara plástica que utilizó para la mayoría de sus proyectos. Aproximadamente, la mitad de las personas que posaron para él son poco conocidos o permanecen sin ser identificadas. Y la cantidad de imágenes que hacía en cada una de las sesiones variaba tanto como los modelos a los que fotografiaba: de uno podía hacer doce fotografías y de otro podrían ser cientos.
En estas imágenes se revela una riqueza de información sobre los procesos de Warhol y la interacción con sus modelos. Es evidentemente impresionante el intenso, aunque talvez breve, compromiso emocional que Warhol sintió por estas personas. La atracción hacia su belleza, la fascinación con su poder, o el interés en el personaje es palpable. Así también eran sus reacciones hacia Warhol. Mientras que, varias figuras exponen una facilidad frente a la cámara, otras muestran un semblante rígido y estudiado que parece no seguir las instrucciones de Warhol, como moverse o girar hacia un lugar, ver sobre un hombro o posar con las manos. Warhol colocaba a sus modelos en una variedad de posiciones clásicas similares, una y otra vez, empeñándose en lograr la composición perfecta que combinara con sus personalidades, revelara su mejor característica y los preservara de la mejor forma.
La repetición, un tema recurrente en las pinturas de Warhol, juega un papel conceptual y práctico en su fotografía. Entre más fotografías polaroid tomaba, más material para trabajar tenía. Haciendo la fotografía a distancia, se exhibía más del modelo. Solo después de observar varias fotografías del mismo modelo podía descifrar que la consistencia en las poses de una estrella como Dolly Parton, por ejemplo, es el resultado de un intento de las celebridades por controlar su propia “imagen”, mientras que la consistencia en las poses de otras figuras es más creíble, debido a la atención puesta en las instrucciones de Warhol o en su reacción a estar tan cerca de él. Viéndolo generalmente, las fotografías polaroid también alteraban el estado icónico que una imagen de Warhol asumía cuando era expuesta en solitario. Por sí misma, una imagen polaroid se identifica totalmente con la obra artística que surge de ella; el rostro retratado se convierte en una clase de indicador de conceptos más amplios de belleza, poder y valía. En serie, sin embargo, la individualidad del modelo permanece intacta, resistente a las idealizaciones que surgen, una vez que la imagen es transferida de fotografía a serigrafía para hacer un retrato pintado.
La elección de poses no era lo único en lo que Warhol, utilizaba la repetición y los rituales. Muchos de sus modelos (la mayoría mujeres, pero algunas pocas veces hombres) debían colocarse gruesas capas de maquillaje blanco, delineador de ojos negro y lápiz labial rojo—para aumentar el contraste y desvanecer todas las antiestéticas “imperfecciones”. Es inevitable notar que la mayoría de las figuras que toleraron tal tratamiento no fueron solo las más bellas o jóvenes.
Las fotografías polaroid de desnudos y las figuras y objetos que Warhol tomó como material de origen para sus otras pinturas, impresiones y bocetos, destacan, todavía, otro lado de su práctica fotográfica. Provocativamente explícitos y coloreados por el deseo, los desnudos –a los que Warhol se refería tímidamente como “paisajes”—muestran una carga erótica y una intensidad sexual pura, que la mayoría de su trabajo no hace. Las “ideas” en las fotografías polaroid proporciona una visión de todos los sujetos y composiciones que él consideraba trasladar a otros medios. Con humor y ocurrencia, ellas revelan que Warhol, hasta en su momento más bromista e ingenioso, trabajaba siempre con una gran intención.
"El color las vuelve más como una fotografía… pero en blanco y negro es únicamente una imagen…Una imagen solo significa que sé en donde estaba a cada minuto. Es por eso que hago imágenes." - Andy Warhol
En contraste a las poses formales y las composiciones correctas, que son su marca personal en la fotografía polaroid, las impresiones en blanco y negro de Warhol son un estudio de espontaneidad casual. Las imágenes que tomó con una cámara Minolta SLR, de 35mm automática, que le permitió despreocuparse del enfoque y niveles de luz, sirven como el diario visual de la vida de Warhol. Todos y cada uno debía posar para su lente, mejor si era cuando lucían lo menos glamoroso posible. “Una buena fotografía, es la que está enfocada y es de una persona famosa haciendo algo que no es famoso”, escribió una vez Warhol.
Atraído tanto a lo ordinario y común como a lo espectacular y glamoroso, Warhol consideraba el escenario y la interpretación tan importantes como el mismo sujeto. Las fiesta que asistía, los barrios por los que caminaba, las discotecas que frecuentaba y los países, hoteles, aeropuertos y casas que visitaba, todos están documentados; desde los salones de fiestas hasta los sanitarios. Es interesante notar que aunque fotografiara espontáneamente, lo hacía siempre con las mismas composiciones y la misma atención al detalle, en mucho de la misma manera en que hacía que sus modelos posaran una y otra vez. Fue a través de esta rigurosa—aunque casi inconsciente—consistencia que se revelaron las verdaderas idiosincrasias de sus sujetos.
Algunas veces, Warhol fotografiaba a una persona o un evento con las dos cámaras, la polaroid a color, la nombraba “fotografía” y la otra en blanco y negro era la “imagen”. Poder comparar una con la otra, a través del Programa de Legado Fotográfico, le permite a los espectadores contemplar los momentos de “arte”, “trabajo” y “vida” de Warhol — partes inseparables que forman un todo fascinante.
Artista(s): Andy Warhol (Estados Unidos)
Locación:
Museo Arte de Guatemala
5ta Avenida Sur #40 tope, La Antigua Guatemala
Martes a domingo 10 a 18 hrs.
Parqueo: Dentro del espacio / Vía pública
Servicio sanitario: Dentro del espacio
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